A pesar de que el llamado “cover up” no consiste en maquillar el tatuaje, sí debemos mencionarlo, ya que es algo que durante los últimos años está teniendo mucha popularidad.
El “cover up” consiste en camuflar un tatuaje que ya se tenía, con otro encima. Es decir, se trata de tatuar cualquier otro diseño encima del tatuaje antiguo, del cual nos hemos cansado o arrepentido. De este modo, el tatuaje queda totalmente camuflado por otro y por lo tanto, es como si nos hubiesen realizado un nuevo tatuaje desde el principio.
Esta técnica realmente también es muy útil si no se quiere seguir teniendo un tatuaje, ya que es una alternativa a la cirugía para quitar un tatuaje. Además, resultará mucho más barato un nuevo tatuaje que una cirugía. No obstante, debemos tener claro que queremos continuar con un diseño, por mucho que sea nuevo.
El “cover up” es realmente popular entre personas arrepentidas de tatuajes, como gente que pertenecía a bandas y se hizo tatuajes con símbolos, personas a las que les realizaron un mal tatuaje, o personas a las que el tatuaje se le fue difuminando y estropeando.
Lógicamente, el nuevo diseño de tatuaje tendrá que adaptarse al que cubrirá, ya que debe tener en cuenta el color que quiere tapar (si es negro, la tinta que irá encima no podrá ser más clara), además del tamaño.